viernes, 21 de marzo de 2008

Peter Grimes

Ayer volvimos a levantarnos tarde, y estuvimos toda la mañana charlando en casa. Después fuimos a absolute bagels, un sitio en Broadway un poco ghetto pero donde hacen unos bagels muy ricos. Yo me tomé uno de multicereales con queso de nueces y pasas.

Después nos fuimos al Lincoln Center, a mirar a la tienda del Metropolitan. No tenían gran cosa, y casi todo eran más bien souvenirs en plan las tiendas de Aldeasa de los museos. Así que cruzamos la calle al Barnes and Noble, y allí sí tenían más selección de cosas. Estuve a un tris de comprarme el DVD de Peter Grimes, pero al final pensé que esperaría a ver la ópera por si acaso no me gustaba. Antes de entrar a la ópera fuimos al restaurante Pomodoro, que por lo que Silvia me contó sale en Sexo en Nueva York. Yo me tomé unos farfalle con salmone que luego me dieron un poco de lata, así que no sé si estaban del todo en condiciones. En fin...

Por supuesto que me gustó Peter Grimes, y muchísimo! Expone el drama del hombre que no encuentra su sitio en la sociedad, del descastado que es rechazado por el rebaño y al final se ve abocado a autodestruirse. Increíble!
En esta foto mi hermano y Silvia sostienen ejemplares del último libro de mi hermano sobre tragedias de Sófocles:


Y así acaban mis aventuras de Semana Santa en Nueva York. Ahora saldremos de casa para comer algo y después tomaré el metro hasta el aeropuerto JFK.

jueves, 20 de marzo de 2008

Pig Heaven

De nuevo, y tras nuestra Pijama Party de anoche, nos hemos despertado como a la una de la tarde. El día hoy no ha acompañado mucho, porque ha estado lloviendo todo el tiempo, aunque no ha hecho tanto frío como en días anteriores. Tras tomar una sopa de broccoli y un wrap de fiambre de pavo en un diner de Broadway, hemos tomado el metro hasta Times Square. Allí, entre la lluvia, el humo que salía de las alcantarillas y los anuncios luminosos por todas partes, parecía que estábamos metidos en Blade Runner.
Hemos entrado en el Virgin Megastore y le he comprado a Silvia el CD de Amy Winehouse, porque aquí está súper de moda. También he estado mirando DVDs y he estado a un tris de comprar la cuarta temporada de Nip Tuck, pero luego he pensado que será mejor esperar a que salga en España; aquí podría sólamente haber conseguido la versión para la región 1.

Después hemos ido caminando, atravesando por Grand Central Station -que estaba preciosa, como siempre- hasta el Chrysler Building, pero ya habían cerrado. Así que me he metido en el Duane Reade de al lado a mirar las últimas novedades farmacéuticas. Ahora resulta que han sacado complementos vitamínicos para personas que estén tomando fármacos de un tipo o de otro. Si tomas estatinas, un tipo de combinación de vitaminas; si tomas antidepresivos, otro, etc. Me he comprado este último, y miraré online qué es lo que hay detrás de esta nueva estrategia de márketing de los fabricantes de medicinas. Conviene estar atento por si acaso esta tendencia cruza el charco. También he comprado hand sanitizer y crema antibiótica para heridas y cortes, que son cosas que aún no se pueden encontrar en España y que son muy útiles.

Después hemos ido mi hermano y yo a una tienda de ropa donde tenían unos precios de escándalo, y me he comprado unos vaqueros Lee de la talla 34x30 que me sientan muy bien, y dos pares de calzoncillos muy sexys de 2Xist.

Ya nos habían dado más de las ocho, y Silvia nos ha llamado para decirnos que ya había terminado su reunión en el Liceo Francés, así que hemos quedado con ella para ir al Pig Heaven, el highlight total del día!!

miércoles, 19 de marzo de 2008

Resaca + Barbara's Book

Ayer nos levantamos muy tarde, sobre las 12. Estábamos agotados por el viaje del lunes, así que nos merecíamos un buen descanso. Terminamos saliendo de casa a eso de las 2 y media de la tarde, hambrientos.
Tomamos el metro y fuimos al City Diner, uno de los diners que conserva el estilo art-decó más típico de Nueva York. Ensalada de pollo a la plancha, con miel y nueces, me devolvió la paz interior, junto con sopa vegetariana de lentejas. Hummm!!
Después nos encaminamos hacia el Barnes and Noble académico a mirar libros. Yo sobre todo quería empaparme de las últimas novedades en Biología Computacional y en Medical Writing. No es que encontrara muchos libros, pero me sirvieron para estimular mi búsqueda y continuarla online en amazon.com. Al final no me compré nada, pero salí con muchas ideas de libros que me gustaría leer en el futuro. También me alegré de ver el último libro de Barbara y Laszlo, mis compañeros húngaros de laboratorio en Penn. Han escrito, junto con el premio Nobel E. J. Corey, un libro semidivulgativo sobre moléculas terapéuticas, que en cristiano son fármacos. Pero desde un punto de vista muy bioquímico. El libro no deja de ser un catálogo para el lector general con cierta formación en química que quiera aprender de qué va ésto de los medicamentos. Al volver a casa, miré a ver si alguno de los dos tenía alguna publicación "seria", y vi que en sus dos últimos años en Harvard éste proyecto ha sido lo único que les ha ocupado. Pobrecillos...
A la vuelta, paramos de nuevo en el West Side Market y compramos cosas para cenar. En casa estaba ya Silvia, muy cansada tras haber tenido que madrugar, y cenamos una ensalada y pan tomaca con jamón serrano. Tras la cena y después de que Silvia se fuera a la cama, mi hermano y yo disfrutamos de una conversación hasta las 6 de la mañana! Eso sí, nos reímos un montón el ogro bueno y yo!!

martes, 18 de marzo de 2008

Philly Revisited

Ayer nos levantamos muy temprano para aprovechar el día y poder ir a Philadelphia, así que a las 9 de la mañana ya estábamos subidos en el Hyundai de color rojo de camino a la ciudad del amor fraterno!

En las paradas en las áreas de servicio que hicimos, encontré de nuevo la famosa Penny Machine, en la que por 50 centavos puedes deformar un centavo hasta hacerlo elíptico y grabar algún mensaje en él, por supuesto a elegir entre los 3 ó 4 que te ofrece la prensa totalmente manual. A elegir entre la estatua de la libertad, las torres gemelas, el padrenuestro en inglés, o la bander americana con el Proud to be American grabado alrededor. No me pude resistir a sacar una de estas últimas, un padrenuestro y las torres gemelas!

Cuando llegamos a Philadelphia, mi primera impresión fue la de que pocas cosas habían cambiado. El New Dehli está reformado y ha perdido la mugrecilla que lo hacía tan agradable, así que fuimos a Tandoor, nuestra eterna segunda opción. La comida, muy rica, pero definitivamente mi hernia de hiato me recordó que sigue ahí y por la tarde tuve que tomarme unos cuantos TUMS para que se me pasara el ardor de estómago.

El día fue agotador, pero me sirvió para de un modo exorcizar los fantasmas que quedaban en mi mente acerca de Estados Unidos, y la inviabilidad de haberme quedado allí. Las cosas que no me gustan de los americanos fueron de nuevo patentes fuera de Nueva York, y vi como uno de los muchos chinos que trabajaban en el departamento en régimen de esclavitud científica continuaba allí yendo y viniendo del Starbucks al laboratorio mientras se fumaba un cigarro por el camino. También me crucé con Meggers, muy mejorado físicamente desde que se ha vuelto a Alemania. Imagino que había pasado por Philadelphia a supervisar a los estudiantes que ha dejado aquí, pero como le vi con prisas, tampoco lo saludé. Pasé por la puerta del departamento, pero no me entraron ganas de subir. Además, de haberlo hecho no habría ido a saludar a Gary, sino a Judith Currano, que por ser la bibliotecaria de ciencias tiene mucho más que ver conmigo en mi actual etapa profesional que Gary.




Sí volví a la zapatería del barrio y me compré dos pares de zapatos. Unos negros de cordones para ir a trabajar y otras unas zapatillas de lona con diseño tipo escocés -como las VANS- que en total me costaron como 60 dólares. Hasta yo mismo no pude resistir ante tanta ganga. Ya veremos cómo embuto todo eso en mi bolsa del gimnasio....!

A la vuelta a Nueva York, paramos en IKEA porque Pedro y Silvia tenían cosas que comprar para la casa. Una vez dentro del establecimiento, sentía que estaba en Alcorcón o en San Sebastián de los Reyes, por las copias exactas que estos suecos hacen de sus tiendas por todo el mundo. Si no hubiera sido porque los precios estaban en dólares y los carteles en inglés, bien habría estdo podido pasar por un viaje a la velocidad de la luz de vuelta a Madrid! Compramos albóndigas de reno y sobres de Gravy, y pan sueco de ese integral duro, que está muy rico. Lo de las albóndigas me hizo poca gracia una vez leída la información nutriciconal de las mismas, pero al menos anoche me libré de comerlas.

Tras devolver el coche, fuimos a tomar un aperitivo a Fred's un bar que está forrado de fotografías del labrador negro que le da nombre y de muchos otros perritines -sobre todo labradores- de lo más rico. Me costaba concentrarme en mi Coca-cola light viendo tantas fotos de Jerkylines a mi alrededor y sobre todo del camarero, que resultó ser uno de los participantes de Project Runway! Se me fué un poco la mano con los pececitos de pan de ese tostadito recubierto de granos de sal, tipo pretzel, de la emoción!.

El hambre empezaba a azuzar, así que cruzamos la calle y fuimos a Sarabeth en el Upper West Side, a disfrutar de comforting food al más puro estilo Nueva Inglaterra. Tomé una ensalada de pollo orgánico que me devolvió la paz gástrica interior, y aunque no pude evitar probar algún que otro bollito de pan de mantequilla, me abstuve de caer en un postre que habría terminado de hacerme sentir culpable!

lunes, 17 de marzo de 2008

Chibi's Bar

El día ha comenzado hoy un poco más temprano que ayer. A las 6 de la mañana ya estaba despierto, porque El viaje a Darjeeling era una película tan inaguantable que a la media hora mi hermano y yo ya nos estábamos durmiendo, así que nos fuimos bastante pronto a la cama...

Hoy, el brunch ha sido en casa con bagels integrales, queso blanco de untar, alcaparras y salmón ahumado, muy New York. Después hemos salido de casa sin un rumbo muy fijo, así que hemos estado mirando tiendas por Broadway y la 5ª Avenida. Hemos entrado en el Virgin Megastore a mirar DVDs de ópera, y la verdad es que están más baratos, porque cuestan la misma cantidad de dólares que de euros en Madrid. Sin embargo, al final no he visto nada que me llamara la atención y he decidido esperar a ir a la tienda del Metropolitan el jueves, cuando vayamos a ver Peter Grimes. También hemos entrado en la tienda Diesel a mirar relojes, pero había uno muy parecido al que regalamos a Eloy por su cumpleaños, aunque estaba agotado.

He parado en GAP y me he comprado unos pantalones azul marino cocn rayitas amarillas, una camisa y una chaqueta azul por 160 dólares, que vienen a ser unos 100 euros! No está nada mal. Tengo la intención de estrenarlo para la ópera del jueves.

Hemos continuado caminando y nos hemos encontrado en la calle Bowery con el New Museum of Contemporary Art, y en la tienda te he comprado una sorpresa que seguro que te gusta muchísimo. También tenían el último número de Butt, pero no lo he comprado porque sé que eso se puede conseguir en Madrid. En la escalera que bajaba a los servicios tenían un neón con el logotipo de Act Up! muy chulo:


Después de salir del New Museum hemos ido al Chibi's Bar, que es un sitio minúsculo decorado con botellas de Sake y retratos de una bulldog francesa que da el nombre al local. Su dueña es una holandesa afincada en Nueva York un poco excéntrica pero muy simpática. Pedro y Silvia han tomado Sake de grifo y yo una copa de un vino blanco francés muy rico, que obviamente me ha puesto un poco alegre!

Después hemos ido a cenar a un restaurante Vietnamita donde tan sólo algún camarero nacido en USA hablaba inglés, y yo he comido unas verduras con arroz y mariscos cocinadas en cuenco de barro. Silvia y mi hermano han comido chuletas de cerdo, sopa con fideos de arroz, etc. Vamos, que se han puesto como el Quico! Para volver a casa hemos tomado el tren express A desde Canal Street en Chinatown hasta casa, y antes hemos parado en una tienda tipo todo a cien pero en lugar de china, japonesa. Tenían todo el merchandising que se pueda imaginar de los personajes de dibujos animados, y alguna cosita he comprado para regalar:

Hoy estamos ya agotados. Seguramente nos vayamos a la cama pronto, porque mañana nos vamos a Philadelphia!

sábado, 15 de marzo de 2008

Vacaciones en Nueva York


Tras más de 10 horas de vuelo ayer, al final llegué a Nueva York. La terminal a la que llegó mi avión de Lufthansa era bastante nueva y amplia, nada comparado con lo que viví hace unos años cuando volé con Iberia. De todos modos, la espera para pasar el control de inmigración fue de más de una hora, y al final salí del aeropuerto casi a las 10 de la noche. Silvia y mi hermano me estaban esperando, y Silvia me había comprado un ramo de claveles muy bonito. Cogimos el metro hasta casa, y aunque no tuvimos que andar casi nada, el trayecto en metro se me hizo eterno; estaba muy cansado.

Esta mañana me he levantado sobre las 12. A las ocho ya estaba despierto, pero he preferido disfrutar de estar en la cama. Después nos hemos ido a tomar el brunch a Josie's, un sitio muy agradable que estaba lleno de gente hoy. Mesas con cuatro amigas como si estuvieran en un episodio de Sex in the City, familias, y nosotros. No había prácticamente parejas gay, porque este sitio antes solía ser bastante gay pero ahora ha pasado de moda. La comida sin embargo estaba muy rica. Yo he tomado una ensalada griega con salmón a la plancha, acompañado de pan de canela y café descafeinado de ese aguachirri que hacen aquí.

Después del brunch nos hemos ido a la armería de Park Avenue, que es la cosede de la bienal del Whitney este año. El edificio, muy Siglo XIX, es precioso. Las instalaciones estaba bien, y había una en la que podías hacer psicofonías con un micrófono que estaba divertida:







También había una especie de cancha de baloncesto cubierta que alberga el edificio que tenía un DJ en el centro, pinchando, y que seguramente pincha por las noches en plan fiesta brutal:




Este otro vídeo muestra otra de las tétricas instalaciones, en plan Semilla del Diablo!:




Otra de las performances que había consistía en una artista que hacía retratos a lápiz de los visitantes y luego les pasaba un cuestionario preguntándoles cosas sobre su vida y si les gustaba el retrato. Después se colgaba el retrato y los comentarios en un gran panel para que todo el mundo pudiera verlo. Me habría gustado que me hicieran uno a mí, pero habría tenido que esperar mucho.

Tras salir de la armería, hemos ido andando hasta la colección Frick, y ahí es donde he flipado. Tienen un retrato de Felipe IV pintado por Velázquez, y de Goya tienen un cuadro que se considera la antesala de sus pinturas negras; la fragua. En un breve vídeo que muestran en el palacio que es la residencia Frick se explica cómo este hombre se fue haciendo con esta soberbia colección de arte. Era dueño de la mina de coque más importante del país, y servía a las acererías más prósperas de su época. Sin embargo, sufrió un intento de asesinato por parte de uno de sus trabajadores, así que supongo que no sería exactamente lo que se dice un filántropo con sus obreros.


Mi hermano se ha tomado un relajante muscular que lo ha dejado KO la mayor parte del día:


Tras nuestra ración de museos y arte, nos hemos encaminado al supermercado atravesando Central Park en autobús y hemos hecho la compra en el West Side Market, que tiene un montón de comida orgánica y delicatessen. La selección de quesos del mundo te encantaría, cariño! Allí hemos comprado un pollo para hacer al horno, y fruta, yogures y granola para los desayunos.

Después, hemos cogido el autobús que va hacia el norte de Manhattan por Riverside Park hasta Columbia University -el antiguo barrio de mi hermano- y allí hemos alquilado El viaje a Darjeeling, que veremos esta noche. Como ves, ha sido un día muy agradable, y el tiempo ha acompañado para poder pasear por la calle. Aunque un poco fresco, hacía sol y se estaba a gusto fuera.


jueves, 15 de febrero de 2007

Traje regional

Así como existe el chándal sobre camiseta publicitaria de alguna empresa de fontanería, chapa y pintura o reparaciones eléctricas adornada por cadena de oro o gold-filled para los hombres, y el chándal, los tacones, y para las más pudientes, el visón para las señoras en el sur profundo, también existe un traje regional para los pijos.

Los pijos, esa especie que nunca se destruye y que tampoco transforma. Es tan predecible saber dónde van a aparecer y sin embargo cada vez que uno se topa con ellos dan ese repelús que produce la amenaza de una España casposa, católica y feudal.

Los de siempre llevan, cuando van de sport, zapatos mocasines –sí sí, alucinante, eh?- o náuticos, con calcetines en invierno. Muchos continúan llevando los vaqueros pesqueros, aunque por supuesto los dockers son componente esencial de su vestuario. Por arriba imperan las camisas de Ralph Lauren, o Pedro del Hierro para los más atrevidillos. El color de los jerseys es casi indefectiblemente azul marino, por lo que uno se pregunta cómo es posible que la industria textil española siga creciendo –desde luego no será por lo que varía el vestuario esta gente, a no ser que tengan los armarios llenos de jerseys iguales-

Cuando no llevan jersey, los pijos llevan puesta o bien una barbour –desconozco cuántos cotos de caza existen en la ciudad de Madrid, pero para tener un barbour como dios manda hay que haberlo comprado en el corte inglés o en guadarnés- o bien una chaquetilla también barbour que es como guateadita, generalmente de color marrón oscuro.

Como artículos de bisutería masculina, se ha puesto de moda entre los pijos llevar banditas de gel. En Estados Unidos existen muchos diseños que sirven para reivindicar todo tipo de causas –desde la clásica del cáncer de huevos de Amstrong que inauguró el género hasta el orgullo negro- pero a las tierras ibéricas ha llegado la livestrong amarilla. También suele complementarse con alguna de cuero o tela, cuanto más sucia mejor, por aquello de dar imagen de ser amigo de la tierra y la ecología. Los pijos más jóvenes se atreven con diseños de pulseras con trozos de madera que llevan pequeñas imágenes de santos, generalmente adquiridas en lugares exóticos, como Brasil. A todo esto siempre se añade un reloj multiesfera metálico en el que resulta absolutamente imposible leer la hora.

La pija lleva indefectiblemente pendiente de perla de bolita. Tampoco me explico cómo es posible que la industria del diseño de bisutería no se ha hundido ya en España, porque rara vez se ve pija sin este tipo de pendiente. El pelo rubio largo con mechas también es un clásico, así como el pañuelito de Hermes o Loewe, como si estuvieran todas traqueotomizadas.

La camisa de Ralph Lauren también impera, y la blusa suele estar proscrita hasta que la pija cumple aproximadamente 60 años, momento en el que las blusas de brillo de las abuelas hacen furor. Entonces la pija pasa a ser la pija vetusta, siempre con pelo cardado rubio, de tal modo que se fusiona con el mobiliario de su casa, en el que por supuesto siempre existen piezas inservibles como bargueños y escritorios de muchos cajoncitos. Todo antiquísimo, por supuesto.

La parte inferior del cuerpo suele cubrirse con pantalón -las pijas sólo llevan falda en las fiestas- generalmente muy ajustado y con cinturón, y por supuesto zapato plano. La jojería de tous no puede faltar, aunque de nuevo, hasta los 60 años no está bien visto llevar mucho más que una gargantilla y un anillo.

Y aún me pregunto por qué me da repelús cuando llego a un aeropuerto internacional para tomar un vuelo a Barajas y de repente me encuentro este esperpento en la cola del mostrador de Iberia!!