lunes, 29 de enero de 2007

Premios Goya

Anoche estuve con Goyo en casa de sus amigos Sandra y Eneko. Trabajan en la industria cinematográfica, y habían organizado una fiesta en casa para ver la ceremonia de entrega de los premios Goya.

Rara vez he visto esta ceremonia en años anteriores, pero ayer era distinto. Estar con gente que conoce desde dentro el mundillo del cine lo hace todo mucho más interesante, y estuvo divertido estar con ellos.

Casi todo eran chicos, y por lo que observé, al menos dos de ellos eran pareja, conocidos de Goyo, creo. A nosotros nos dieron dos sillas blancas que quedaron tras el sofá, de modo que observábamos a todo el grupo como si estuviéramos en un palco.

Me encanta Gómez, su perro. Es muy cariñoso, aunque no para de correr de un sitio a otro. Es un puro nervio. Sin embargo nos hemos caído bien, y durante toda la noche no hacía más que venir a donde estábamos Goyo y yo sentados a que le acariciáramos. Tiene una manera curiosa de colocarse para que le hagas mimos, y es que te da el culo, que aprieta contra tu pierna, de modo que le acaricias por la espalda. Otra de sus posturas favoritas es subiendo sus patas delanteras a tu regazo. Aquí comienza a lamerte las manos como en agradecimiento. Por lo que sé se trata de un perrito que fue maltratado y que quizás por eso sea tan nervioso, pero lo que es milagroso es que no es receloso con la gente. En toda la noche no le oí ladrar ni una sola vez, e incluso jugó conmigo a tirar de su manta favorita. Me gruñó mientras la sujetaba firmemente con los dientes, pero es el modo de jugar de los perros y no significa que estuviera poniéndose agresivo. Todo lo contrario.

Una historia distinta es la gata Julieta, que como buena gata tiene al perro más tieso que una vela. Le bufa cuando se le acerca, y como se ha dado cuenta de que no es mi favorita se colocó encima del respaldo del sofá, frente a mí, para ver si la acariciaba. Un poco porque no me gustan los gatos y otro poco por darle celos, no la toqué, y fingí no darme cuenta de que estaba allí. De todos modos, es la favorita de Goyo, con quien convivió en su casa bastante tiempo.

Sandra y Eneko, cariñosísimos. Es incríble lo bien que he encajado con los amigos de Goyo. Raquel, la novia de Eloy es genial. Le estoy cogiendo mucho cariño. Cada cosa que me cuenta acerca de ella me hace cogerle más y más aprecio. El sábado durante la cena me contó que iba periódicamente a donar plaquetas para una niña con leucemia, y me pareció algo tan altruista y tierno que la tomé de la mano. También ha ofrecido su casa para que vayamos durante el verano a disfrutar de la piscina.

Un caso distinto es el de Joaquín. Joaquín es el mejor amigo de Goyo, y gracias al cual él se aceptó poco a poco como gay y digamos que le perdió el miedo a relacionarse con gays. ES comprensible que le tenga mucho aprecio y que tengan una relación muy estrecha. A mí me pasa lo mismo con Javier, y me encanta decir que tengo un amigo con el que sé que puedo contar para lo bueno y lo malo. También Javier me conoció en un momento duro de su vida, en el que aún no había salido del armario, y entiendo que los amigos que haces en esos momentos no se olvidan nunca. Yo al menos no los olvido. Sin embargo Joaquín parece estar celoso del hecho de que su amigo Goyo haya encontrado novio. Él está con un chico italiano, pero a pesar de que llevan un año juntos, apenas se ven, porque el novio vive en Florencia. Las relaciones a distancia son difíciles de llevar, y precisamente una relación así es lo que menos necesita Joaquín en estos momentos.

Hasta ahora le he visto un par de veces, pero lo que es hablar con él sólo he hablado en una ocasión en la que vino a casa de Goyo. Me dió la impresión de que estaba a la defensiva y trataba de mostrar el caché que tiene a toda costa. Yo a Goyo después le dije que no tenía que impresionarme, que con ser su amigo a mí me valía, pero por lo visto es su manera de ser. Lo que no me gusta es el modo de sonreír que tiene. Tiene el rictus serio y de repente, como para quedar bien, fuerza una sonrisa de compromiso que a mí desde luego no me engaña. Quiero creer que todo esto es su modo de ser y que no tiene nada que ver con el hecho de que Goyo y yo estamos ahora juntos, pero me preocupa que una persona con tanto ascendente sobre Goyo pueda ejercer una influencia negativa en nuestra relación.

Todo lo contrario sucede con Goyo y Nacho&Javier. Les gusta tanto que Javier ha llegado a decirme en broma "si le dejas, te dejo!", porque consideran muy acertadamente que Goyo es un mirlo blanco, como diríamos entre nosotros. Y yo estoy de acuerdo. Inmediatamente le han aceptado como uno más en nuestro grupo de amigos, y me preguntan siempre por él, como si hubiéramos estado siempre juntos. Ya hemos cenado un par de veces en su casa y tengo pensado organizar una soirée con una peli o una ópera para esta semana.

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