Los domingos deberían estar prohibidos por la ley. Claro que si no existieran los domingos, serían los sábados los malditos, y así hasta que nos quedáramos sin semana.
Entonces resulta que siempre tiene que haber un día en el que sabes que se te acaba hacer lo que te dé la gana, levantarte a la hora que quieras, acostarte cuando te apetece, ver todas las pelis malas de la tele. Pero disfrutando de los últimos coletazos, porque siempre sabes que al día siguiente tienes que volver a la misma rutina en la que no puedes hacer lo que te apetece en cada momento. Imagino que el 31 de agosto, el 6 de enero y el domingo de resurección, o los días previos a la vuelta al trabajo/colegio son posiblemente los más horribles del año, así como los días posteriores, o sea los primeros días de vuelta a lo de siempre.
Siempre he envidiado a la gente a la que estas fechas les dan igual. Para los que siempre es fiesta. Quizás por eso nos fascina tanto la vida de los famosos, que están por encima de estas consideraciones de trabajador asalariado.
1 comentario:
Hola Miguel,
un saludo des de la puñetera Ivy :-)
Por cierto, para mi el 31 de agosto es doblemente horrible: vuelta al "cole" + un año más pa' la saca...
Te seguiré leyendo. Un beso
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